por José Luis Tapia Rocha, economista, Director General de ILE, Catedrático de Economía Politica.
El reciente debate sobre el seguro de desgravamen ha puesto en evidencia no solo las distorsiones que enfrenta el mercado financiero en Perú, sino también la necesidad urgente de implementar reformas profundas que promuevan la competencia y la libertad económica. Las altas comisiones que los bancos cobran por este seguro, un producto que debería protegerlos del riesgo de impago en caso de fallecimiento o incapacidad del deudor, reflejan una distorsión sistémica que afecta directamente a los consumidores. Sin embargo, este problema es solo un síntoma de una situación más grave: un mercado bancario restringido por regulaciones excesivas y leyes proteccionistas que limitan la competencia y encarecen el acceso al crédito.
Para corregir estos problemas y devolver a los ciudadanos la capacidad de elegir libremente en un mercado verdaderamente competitivo, es imprescindible aplicar las cinco reformas liberales. Estas reformas no solo corregirán las ineficiencias actuales, sino que también abrirán la puerta a un crecimiento económico sostenido basado en los principios de libertad, competencia y responsabilidad individual.
Reforma política: Reducir el riesgo país y desmontar la Superintendencia
La primera reforma necesaria es la reforma política, que debe centrarse en reducir el riesgo país y crear un entorno más favorable para las inversiones. Actualmente, el Perú sufre de una gran inestabilidad política y una burocracia que asfixia a los emprendedores y a las empresas. El tamaño del Estado debe reducirse de manera significativa, limitando su papel a funciones esenciales como justicia, seguridad y obras públicas. Todo lo demás, incluidas áreas como la regulación financiera, debe dejarse en manos del mercado. Cualquier problema que afecten derechos, lo resuelve el Sistema Judicial reformado y modernizado. No hacerlo serían medidas parches que perpetuarian la injusticia.
En este sentido, la eliminación de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) es crucial. Esta entidad no solo ha contribuido a la concentración del sector financiero, sino que también impone barreras de entrada que impiden la aparición de nuevos actores. Un mercado libre de competencia permitiría a los consumidores acceder a productos financieros más baratos y de mayor calidad, sin la necesidad de recurrir a sobrecostos como los que actualmente imponen los bancos en el seguro de desgravamen.
Reforma económica: Desregulación, privatización y apertura total de los mercados
La segunda reforma liberal, que es de carácter económico, debe enfocarse en la apertura total de los mercados. El Perú, a pesar de su potencial, está atrapado en un sistema de impuestos y regulaciones excesivas que sofocan el crecimiento económico. Para liberar la economía y permitir que florezca, es necesario eliminar 35 de los 36 impuestos actuales, dejando solo un impuesto simple y uniforme que facilite el cumplimiento fiscal sin castigar el éxito empresarial. Esto incentivaría tanto la inversión como la creación de empleo, permitiendo que el país aproveche su verdadero potencial.
Parte fundamental de esta reforma económica es la eliminación de la Ley del Sistema Financiero y Bancario (27602), una regulación que ha condenado al Perú a tener un mercado bancario sumamente restringido. Actualmente, el país cuenta con solo 18 bancos, lo que es una aberración considerando su tamaño y población. Para poner esto en contexto, Panamá, con una economía cuatro veces más pequeña y una población de apenas 4 millones de habitantes, tiene 68 bancos operando relativamente más libre que en el Perú. Este contraste es revelador: la Ley 27602 ha protegido a unos pocos bancos a expensas de la competencia, impidiendo que nuevas instituciones entren al mercado y ofreciendo a los consumidores menos opciones y, en consecuencia, productos financieros más caros.
La apertura del sector financiero es imperativa.
Si se eliminan las barreras regulatorias, el mercado se llenará de nuevas instituciones dispuestas a competir, ofreciendo mejores servicios, menores costos y tasas de interés más bajas. Esto beneficiaría tanto a los ciudadanos como a las empresas, facilitando el acceso al crédito y reduciendo los costos ocultos que actualmente enfrentan, como el del seguro de desgravamen.
Reformas sociales: Educación, salud y pensiones
Las reformas liberales no pueden limitarse solo al ámbito financiero y económico. Es imperativo aplicar reformas igualmente profundas en los sectores de educación, salud y pensiones, que actualmente están controlados y regulados por el Estado, lo que genera ineficiencias y altos costos.
La reforma educativa debe permitir la privatización y desregulación total del sector, dando libertad a los padres y estudiantes más pobres del país con cheques para elegir entre diversas opciones educativas sin la interferencia del Estado. Lo mismo se aplica al sector salud, donde los ciudadanos deben tener la capacidad de escoger los servicios que mejor se ajusten a sus necesidades, en un entorno de competencia entre aseguradoras y proveedores de servicios médicos. La desregulación y privatización permitirán que estos servicios sean más accesibles, eficientes y de mayor calidad.
En cuanto a las pensiones, es fundamental que el sistema actual, basado en las AFP, se privatice por completo, permitiendo que los ciudadanos elijan libremente cómo y dónde invertir sus ahorros para la jubilación. Un mercado de pensiones abierto y competitivo ofrecerá mejores rendimientos y mayor seguridad financiera para los futuros jubilados.
Eliminar todas las leyes malas: Un Congreso de mayoría liberal clásica
Para implementar estas reformas, es esencial contar con un Congreso de mayoría liberal clásica comprometido a eliminar todas las leyes que restringen la libertad económica. Las leyes que limitan la competencia, que obligan a los ciudadanos a pagar impuestos excesivos, o que restringen la entrada de nuevos actores al mercado, deben ser derogadas. Solo a través de un marco institucional verdaderamente libre se podrá liberar el potencial económico de Perú.
Conclusión
El debate sobre el seguro de desgravamen es solo un reflejo de las distorsiones más profundas que afectan a la economía peruana. La Ley 27602, que limita la cantidad de bancos y protege a unos pocos actores del mercado financiero, debe ser eliminada junto con todas las regulaciones que impiden la competencia. Las cinco reformas liberales, que incluyen la reducción del Estado, la privatizacion de al menos 109 empresas estatales, apertura de los mercados y la desregulación de los sectores claves de la economía, son el único camino hacia una sociedad más próspera y libre. Solo con un Congreso que elimine las leyes malas y promueva la libertad económica, Perú podrá finalmente liberar su verdadero potencial y garantizar un futuro de oportunidades para todos sus ciudadanos.