por Jose Luis Tapia Rocha, Director de ILE, economista, y Catedrático de Economia Política.
Las declaraciones de la presidenta Dina Boluarte, asegurando que se puede cocinar un menú completo para cuatro personas con solo S/10, han desatado críticas y protestas justificadas. Este comentario ignora la dura realidad económica de muchas familias peruanas, donde el ingreso mensual de S/400 apenas cubre lo esencial. Evaluemos esta afirmación desde un enfoque liberal clásico y económico.
La desconexión entre retórica y realidad
Un análisis básico revela que S/10 diarios equivalen a S/300 mensuales solo para alimentación. Esto representa el 75% de los ingresos de una familia con S/400, dejando apenas S/100 para cubrir vivienda, transporte, salud, educación y otros gastos esenciales. La pobreza multidimensional no solo considera ingresos monetarios, sino también acceso a servicios básicos, lo cual agrava el panorama para millones de peruanos.
Además, según estándares internacionales como los de la FAO, una dieta nutritiva y equilibrada cuesta más de S/15 diarios por persona. Por ende, sostener que S/10 diarios son suficientes para alimentar a cuatro personas no solo simplifica, sino que minimiza la profundidad de la pobreza en el país.
La trampa del estatismo asistencialista
Desde una perspectiva liberal clásica, el problema radica en el enfoque estatista que perpetúa la dependencia y desincentiva la iniciativa individual. En lugar de abordar las causas estructurales de la pobreza, como la falta de empleo digno y oportunidades, el Estado concentra recursos en programas asistencialistas que son ineficaces y, a menudo, corruptos.
El presupuesto estatal se destina principalmente a burocracias ineficientes. Por ejemplo, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social recibe miles de millones anualmente, pero los indicadores de pobreza se mantienen estancados. Esto evidencia que el problema no es solo económico, sino institucional: las malas políticas perpetúan la pobreza al desincentivar la inversión privada y el emprendimiento.
La solución: 5 reformas liberales
La solución pasa por las 5 reformas liberales profundas (politica, económica, educativa, salud y pensiones) que devuelvan a las familias el control sobre sus recursos y decisiones. Desde el liberalismo clásico, se resumiría en tres medidas principales:
- Reducir las funciones del estado e impuestos y eliminar regulaciones: Permitir que los emprendedores puedan operar sin trabas burocráticas fomentará la creación de empleos y el crecimiento económico. Y nuestra estimación habría reduccion de costos y precios hasta 40%.
- Abrir todos los mercados, privatizar y desregular: Empresas eficientes pueden gestionar servicios como salud y educación mejor que el Estado, garantizando calidad y accesibilidad con vouchers para los más pobres del pais.
- Promoción de la libre competencia en el sector alimentario: Eliminación de aranceles y subsidios que distorsionan el mercado, fomentando precios justos y accesibles para todos.
Un llamado a la acción
El comentario de la presidenta no solo subestima el desafío de la pobreza, sino que insulta la inteligencia de los ciudadanos. Es hora de abandonar discursos populistas y enfrentar las raíces del problema con soluciones basadas en la libertad individual, la propiedad privada y la competencia.
Mientras continuemos relegando a millones de peruanos a depender de migajas estatales, el país no alcanzará la prosperidad. La verdadera justicia surge cuando los ciudadanos tienen la libertad de alcanzar su máximo potencial económico y humano en un mercado libre. El camino hacia un Perú más próspero no pasa por ilusiones de austeridad estatal, sino por el empoderamiento real de sus familias y emprendedores con un gobierno limitado a justicia, seguridad y obras de infraestructura.
