por José Luis Tapia Rocha, economista, Director de ILE, Catedratico de Economia Politica.
El reciente dictamen aprobado por la Comisión Permanente del Congreso, que establece una tasa especial del 8% del Impuesto General a las Ventas (IGV) para peluquerías y otros tratamientos de belleza, ha generado una considerable polémica. Esta iniciativa, conocida como «Re-corte Tributario», fue aprobada con 15 votos a favor, 8 en contra y 3 abstenciones. Aunque se presenta como un esfuerzo por promover la formalización y la reactivación económica en este sector, hay fuertes argumentos desde una perspectiva liberal clásica que señalan los riesgos y las inconsistencias de esta medida.
Principio de Igualdad ante la Ley
Uno de los principios fundamentales del liberalismo clásico es la igualdad ante la ley. La reducción del IGV solo para un sector específico, como las peluquerías, establece un precedente de tratamiento desigual entre diferentes actividades económicas. Esto no solo crea una distorsión en el mercado, sino que también va en contra del principio jurídico de igualdad. Si se busca realmente reducir el costo de vida y fomentar la actividad económica, estas reducciones impositivas deberían aplicarse de manera uniforme a todos los sectores. Una política tributaria justa no debe favorecer arbitrariamente a un grupo sobre otro, sino igual para todos con un solo impuesto; el IGV, universal, uniforme y único.
Impacto Económico y Mercado Laboral
El Ministerio de Economía ha señalado que esta medida beneficiará desproporcionadamente a las empresas grandes y a los salones de belleza que atienden a sectores socioeconómicos altos. Según sus estimaciones, solo un 3% de los beneficios tributarios se concentraría en el 50.1% de los contribuyentes con ingresos inferiores a 10 UIT, mientras que el 55% de los beneficios se concentrarían en el 5.4% de los contribuyentes de más altos ingresos. Esto indica que la medida no solo es desigual en términos legales, sino también en términos económicos. Una política que beneficia principalmente a un pequeño segmento de altos ingresos no cumple con el objetivo de reactivar la economía de manera amplia y equitativa.
Fomento de la Inversión y Competitividad
El presidente de la Comisión de Economía, César Revilla Villanueva, ha defendido la medida argumentando que está orientada al desarrollo de algunas regiones y a la promoción de sectores económicos específicos. Sin embargo, para que la economía peruana sea verdaderamente competitiva y atractiva para la inversión, tanto nacional como extranjera, es crucial implementar las 5 reformas liberales. Reducir los impuestos de manera selectiva puede crear incertidumbre y un sentido de favoritismo que desalienta a los inversores que no se benefician de estas medidas específicas.
Sostenibilidad Fiscal
Desde una perspectiva fiscal, es importante considerar la sostenibilidad de las reducciones de impuestos. La disminución de ingresos fiscales provenientes de un sector específico debe ser compensada con una reducción de las funciones del estado para evitar déficits fiscales que puedan poner en riesgo la estabilidad económica del país. En lugar de implementar reducciones de impuestos selectivas, una reforma tributaria del impuesto unico, universal y uniforme podría ser más efectiva y sostenible, asegurando que todos los ciudadanos y empresas contribuyan de manera equitativa al erario público.
Conclusión
En resumen, la reducción del IGV al 8% para peluquerías puede parecer una medida beneficiosa a corto plazo para un sector específico, pero desde una perspectiva liberal clásica, esta política es problemática. Viola el principio de igualdad ante la ley, beneficia desproporcionadamente a las empresas de mayores ingresos y crea una distorsión económica. En lugar de implementar reducciones impositivas sectoriales, es fundamental adoptar las 5 reformas liberales para implantar el impuesto unico, universal y uniforme del IGV que favorezca a todos los sectores por igual, promoviendo un entorno de justicia y competitividad económica para todos los peruanos.
