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La Ley de MYPES: otra trampa disfrazada de ayuda

La Ley de MYPES: otra trampa disfrazada de ayuda

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Por Jose Luis Tapia Rocha, economista, Director de ILE y Catedrático de Economía Politica.

El Congreso acaba de promulgar, por insistencia, la Ley N.º 32353 para la formalización y competitividad de las MYPES. Como economista y liberal clásico, no puedo quedarme callado frente a una norma que, bajo el discurso de apoyo a los emprendedores, en realidad representa una trampa regulatoria que amenaza con destruir lo poco que aún sobrevive del espíritu empresarial en el Perú.

Narrativa equivocada

Según la narrativa oficial, esta ley busca simplificar el marco legal para el 99,2% de empresas del país. Incluso promete una formalización “express” en 48 horas. Pero basta revisar el contenido con lupa para descubrir que no se trata de un impulso, sino de una sobrecarga. La ley impone un incremento del 14% en los costos no salariales: CTS, gratificaciones, seguro de vida, indemnización por despido, aportes a un nuevo sistema previsional y más. ¿Es eso aliento o castigo? En un país donde apenas el 15% de MYPES opera en la formalidad, lo que esta ley hace es cerrar aún más la puerta a la legalidad.

El Congreso no ha entendido lo esencial: el emprendedor no necesita un papá Estado que lo “proteja”, sino un Estado que lo deje trabajar en paz. La ley crea más derechos laborales sobre papel, pero menos empleos reales en la práctica. Introduce una indemnización especial si una empresa despide a alguien para contratarlo bajo el nuevo régimen, pero esa figura es legalmente inviable. Es como ponerle cinturón de seguridad a un auto sin frenos.

Más grave aún, la creación de un nuevo “Sistema de Pensiones Sociales” con una tasa de aporte del 4% es un golpe directo al ya debilitado Sistema Nacional y Privado de Pensiones. El Ejecutivo advirtió que los afiliados migrarán masivamente a este nuevo sistema y volverán a la ONP estatal a jubilarse, erosionando sus recursos. Es una bomba de tiempo fiscal.

Y si el Estado realmente quiere ayudar a las MYPES, ¿por qué no elimina impuestos absurdos, regula menos y persigue a las mafias extorsionadoras que las asfixian en el día a día? La verdadera reforma consiste en liberar al empresario del estatismo, miedo, la tramitología y el castigo, no en imponerle más formalidades disfrazadas de beneficios.

La reducción de sanciones laborales y las “medidas educativas” son presentadas como soluciones, pero parecen más bien un cebo para atraer al informal al matadero burocrático. ¿De qué sirve bajar las multas si igual te ahorcan con un régimen laboral imposible de cumplir?

Reformas liberales

En vez de reformas liberales que den más autonomía y menos impuestos a las MYPES, nos entregan una ley que las encierra con dulces promesas. La libertad económica no se decreta, se garantiza eliminando trabas, no creando nuevas.

La formalidad real no nace por decreto. Nace cuando los emprendedores sienten que el Estado los respeta y no los persigue. Esta ley, lamentablemente, va en la dirección contraria. Es hora de dejar de mentirle al país con “reformas” que solo benefician a burócratas y sindicatos. Si de verdad queremos una economía libre y próspera, tenemos que empezar por liberar al pequeño empresario aplicando las 5 reformas liberales.

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