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Reformas liberales para acabar pobreza

Reformas liberales para acabar pobreza

pobreza y reformas liberales

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por José Luis Tapia Rocha, economista, Catedratico de Economía Política, Director General del ILE.

La economía social de mercado ha sido una propuesta que ha ganado terreno en varios países como una alternativa al capitalismo puro y al socialismo. Sin embargo, desde una perspectiva liberal clásica, esta no es la solución para acabar con la pobreza. La economía social de mercado, a pesar de sus intenciones nobles, mantiene la presencia del Estado en la actividad productiva y la intervención parcial en el mercado. Esto limita la libertad económica y, en última instancia, obstaculiza la creación de riqueza necesaria para erradicar la pobreza de manera efectiva.

En contraste, la economía de libre mercado, que aboga por la nula intervención estatal y la máxima libertad económica, ofrece un camino más prometedor para combatir la pobreza. En un entorno donde los individuos y las empresas tienen la libertad de buscar oportunidades y competir en igualdad ante la ley, se estimula la innovación, la inversión y el crecimiento económico sostenible. Esto a su vez genera empleo, aumenta los ingresos y eleva el nivel de vida de la población en general.

Pobreza

Los hechos y las cifras respaldan esta perspectiva. Tomemos como ejemplo la situación en el Perú, donde la cifra oficial de pobreza ha aumentado del 27,5% al 29% en el transcurso de un año. Esto significa que 9,7 millones de peruanos no pueden costearse los servicios mínimos esenciales para una vida digna. Es evidente que las políticas basadas en la economía social de mercado no están logrando los resultados deseados en la lucha contra la pobreza.

Por otro lado, la economía de libre mercado ha demostrado su eficacia en la reducción de la pobreza en todo el mundo. Países que han adoptado políticas liberales y han promovido la apertura económica han experimentado un crecimiento significativo y una mejora en las condiciones de vida de sus ciudadanos. La inversión privada, el desarrollo empresarial y la creación de empleo son motores clave detrás de este éxito.

Es importante señalar que la economía de libre mercado no se trata solo de dejar que el mercado funcione sin regulación. Requiere un marco jurídico sólido que proteja los derechos de propiedad, fomente la competencia leal y garantice la igualdad ante la ley para todos los participantes. Además, el Estado tiene un papel importante en la provisión de bienes públicos, garantizar los derechos de propiedad  y la asistencia a los más vulnerables mientras exista socialismo. Sin embargo, este papel debe ser limitado y enfocado en áreas donde es conveniente que el sector estatal actue en justicia, seguridad y obras públicas.

En resumen, para combatir eficazmente la pobreza, es fundamental adoptar políticas basadas en los principios de la economía de libre mercado. Esto implica eliminar la intervención estatal en la economía, promover la competencia y la innovación, y hacer reformas liberales para la inversión y el crecimiento. Las reformas liberales son el camino hacia adelante para sacar a millones de personas de la pobreza y construir una sociedad más próspera y justa para todos.

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