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Restaurando el orden

Restaurando el orden

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por José Luis Tapia Rocha, economista, Director de ILE y Catedratico de Economía.

La libertad y la seguridad son pilares esenciales en una sociedad liberal clásica. Cuando el crimen organizado y la extorsión amenazan estos valores, el Estado tiene la responsabilidad de actuar con fuerza ejemplar. Como lo subraya el experto en seguridad Fernando Eguren, la clave para combatir la extorsión radica en una política de estado integrada, con castigos severos y mejoras tecnológicas para debilitar las redes criminales. Para que los delincuentes sientan que el Estado está decididamente en su contra, las penas deben ser más duras y las leyes más estrictas. Además, la sabiduría bíblica enseñada por el teólogo Carlos Rueda en Deuteronomio 8:18 indica que “es Dios quien nos da el poder para producir riquezas”. De esta manera, la seguridad y la justicia se convierten en elementos esenciales para la prosperidad económica. Todas estas propuestas solo se pueden hacer en el marco de las 5 reformas liberales.

Penales Ejemplares

Eguren ha propuesto en repetidas ocasiones la necesidad de endurecer las condiciones carcelarias para los criminales peligrosos. Ubicar penales a más de 4000 metros de altura, lejos de la tecnología y la comunicación inalámbrica, sería un castigo disuasivo que privaría a los delincuentes de cualquier ventaja organizativa. El trabajo manual obligatorio, como la construcción de pistas, serviría no solo como castigo físico, sino también como una forma de restituir a la sociedad. Al reducir las oportunidades de operar desde la prisión y hacer que los criminales enfrenten las consecuencias reales de sus acciones, el sistema penal se convertiría en un instrumento efectivo para disuadir el crimen.

Este tipo de medidas también tienen un impacto económico. Desde la ciencia económica, sabemos que aumentar los costos de oportunidad para los delincuentes reduce el atractivo del crimen. Aislar a los criminales y ponerlos a trabajar en condiciones adversas no solo refuerza la justicia, sino que también contribuye indirectamente a la infraestructura del país.

Fortalecer las Leyes buenas

Eguren y otros expertos coinciden en que la impunidad alimenta la extorsión. Las 5 reformas del liberalismo clásico exige que el Estado aplique castigos severos a quienes amenazan la seguridad de la sociedad. Endurecer las penas para aquellos que porten armas sin licencia o secuestren a personas, como la cadena perpetua para quienes disparen contra las fuerzas del orden, es una respuesta necesaria y proporcional. La extorsión y el crimen organizado crean un ambiente de incertidumbre, que disuade las inversiones y afecta negativamente la actividad económica.

Deuteronomio 8:18 nos recuerda que el poder de crear riqueza proviene de Dios, pero para que esa riqueza florezca, el entorno debe ser seguro. En un sistema de libre mercado, la seguridad jurídica es fundamental para que las inversiones crezcan y la economía prospere. Un sistema legal que castiga severamente a los extorsionadores y criminales asegura un entorno de confianza que promueve el crecimiento económico.

Reduciendo el Costo para Castigar al Crimen

Para que la justicia sea efectiva, los procesos judiciales deben ser rápidos y eficientes. Fernando Eguren sugiere la necesidad de jueces y fiscales sin rostro en casos de alta peligrosidad, eliminando la amenaza que el crimen organizado presenta sobre el sistema judicial. Los retrasos en la justicia y la ineficiencia administrativa son un costo invisible para la economía. Procesos judiciales más ágiles garantizarían que los criminales reciban su castigo sin demora, evitando la acumulación de casos y permitiendo que la sociedad funcione de manera más eficiente.

Seguridad para la Prosperidad

En un análisis económico-bíblico sugerido por el teólogo Carlos Rueda, Deuteronomio 8:18 nos enseña que el poder para generar riquezas proviene de un entorno donde la seguridad y la estabilidad son garantizadas por el Estado. El crimen y la extorsión destruyen el potencial económico de los ciudadanos, quienes no pueden ejercer libremente sus derechos de propiedad y comercio bajo la amenaza constante. Al aplicar las leyes de manera rigurosa y ejemplar, el Estado no solo protege a los individuos, sino que crea las condiciones para que la riqueza florezca. Esto se traduce en un círculo virtuoso donde la seguridad impulsa la actividad económica, y una economía saludable refuerza el orden social.

El Gobierno limitado al Servicio de la Gente

Las 5 Reformas liberales señalan la importancia de una mayor presencia policial en las zonas más vulnerables, donde la extorsión es más frecuente. Aumentar el número de comisarías, patrullajes y acciones de inteligencia es esencial para disuadir el crimen antes de que ocurra. La tecnología, como el uso de drones y la interconexión de sistemas de vigilancia entre comisarías y urbanizaciones, aumenta la percepción de seguridad. Estas herramientas refuerzan la presencia del Estado, haciendo sentir que el crimen está siendo monitoreado y controlado constantemente.

Además, es esencial que las fuerzas del orden colaboren con la comunidad empresarial, especialmente con los pequeños y medianos empresarios, quienes son los más vulnerables a la extorsión. Charlas y seminarios de prevención, en conjunto con la instalación de líneas de denuncia para casos de extorsión, fortalecerán la relación entre el Estado y la población, creando un frente común contra el crimen.

Preparando a la Nueva Generación

Finalmente, la educación en el marco de las reformas del liberalismo clásico es fundamental para prevenir futuros delitos. Es necesario inculcar en las nuevas generaciones, desde las escuelas y universidades, que el crimen no es una opción viable. A través de programas que expliquen las consecuencias económicas y sociales del crimen, se puede cultivar una cultura de respeto a la ley y de compromiso con la prosperidad económica.

Conclusión

El liberalismo clásico de las 5 Reformas, unido a las enseñanzas bíblicas de Deuteronomio 8:18, destaca que la seguridad y la justicia son condiciones esenciales para el crecimiento económico y la prosperidad. Con el enfoque experto de Fernando Eguren, quien aboga por una política de Estado implacable contra la extorsión y el crimen, es posible restaurar el orden y garantizar que los ciudadanos puedan desarrollar su potencial económico en un entorno seguro. Aplicar penas severas y fortalecer las instituciones de seguridad no solo son medidas de justicia, sino también de prosperidad económica para todos que nos enseña Deutoronomio 8:18 sugerido por el teólogo Carlos Rueda.

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