por José Luis Tapia Rocha, economista, Director General de ILE, Catedrático de Economía Política y ex asesor económico del Vice ministerio de integración y negociaciones comerciales internacionales.
La reciente propuesta de Mauricio Claver-Carone, asesor cercano a Donald Trump, de imponer aranceles del 60% a bienes que transiten por el puerto de Chancay, controlado por la estatal china COSCO Shipping, es una advertencia clara de los desafíos comerciales que enfrenta Perú en un entorno global cada vez más proteccionista. La conexión de este puerto con China, una potencia económica en ascenso, ha generado preocupaciones en Estados Unidos, que ve en estas inversiones un avance estratégico de Beijing en América Latina. Sin embargo, esta propuesta proteccionista no solo amenaza el desarrollo de Chancay, sino también el futuro comercial de Perú.
El puerto de Chancay es un proyecto emblemático, diseñado para integrar a Perú en las cadenas de valor globales que conectan Asia y América Latina. Con una inversión prometida de más de $3500 millones, promete modernizar la logística portuaria y posicionar al país como un hub de exportaciones regional. En particular, su enfoque en productos minerales, agroindustriales y pesqueros lo convierte en un pilar para las exportaciones peruanas. Sin embargo, el control chino del puerto ha llevado a Washington a plantear medidas como los aranceles, argumentando riesgos de seguridad y dependencia estratégica.
El proteccionismo: un obstáculo para Perú
Desde una perspectiva económica, los aranceles propuestos por Trump son un ejemplo clásico de proteccionismo que ignora los principios del libre comercio. Como señala Frédéric Bastiat, el proteccionismo «beneficia a unos pocos a costa de muchos». En este caso, los costos ocultos recaerán sobre los consumidores estadounidenses, quienes enfrentarán precios más altos, y sobre los exportadores peruanos, cuya competitividad se verá amenazada. La medida, lejos de solucionar problemas, intensificará las tensiones comerciales y limitará las oportunidades de países emergentes como Perú.
Para el Perú, los efectos serían significativos. Estados Unidos es uno de los principales mercados para las exportaciones peruanas, especialmente de productos como frutas, verduras, y minerales. Un arancel del 60% reduciría drásticamente la competitividad de estos bienes, afectando no solo a los grandes exportadores, sino también a miles de agricultores y trabajadores que dependen de estas cadenas productivas.
Las Cinco Reformas Liberales: un escudo estratégico
En este contexto, la implementación de las Cinco Reformas Liberales se convierte en una necesidad estratégica para Perú. Estas reformas, que buscan transformar la economía a través de la privatización, la simplificación tributaria, la desregulación y la apertura comercial, ofrecen un camino claro para fortalecer la competitividad del país y blindarlo frente a amenazas como las planteadas por Trump.
1. Reducción de impuestos: Un sistema tributario simple y uniforme no solo reduciría los costos de producción, sino que también incentivaría la inversión en sectores clave. Esto permitiría a las empresas peruanas ofrecer productos de alta calidad a precios más competitivos, incluso frente a barreras arancelarias.
2. Privatización y eficiencia: La privatización de sectores ineficientes, como el transporte y la logística, complementaría los avances del puerto de Chancay, asegurando que la infraestructura necesaria para el comercio sea moderna y eficiente.
3. Apertura comercial: La eliminación de restricciones a la inversión extranjera permitiría a Perú diversificar sus socios comerciales, reduciendo su dependencia de mercados como el estadounidense.
4. Desregulación: Simplificar los procedimientos para exportadores e importadores aumentaría la competitividad global del país, reduciendo costos y tiempos innecesarios.
5. Atracción de inversiones: Un entorno económico liberal y estable convertiría a Perú en un imán para inversiones globales, permitiéndole capitalizar su posición estratégica en el comercio internacional.
Diversificación como respuesta estratégica
Uno de los principales riesgos de depender de un mercado como Estados Unidos es la vulnerabilidad frente a decisiones políticas arbitrarias. La diversificación de socios comerciales es esencial para reducir esta exposición. En este sentido, las Cinco Reformas Liberales permitirían a Perú fortalecer sus relaciones con Asia, Europa y otros mercados emergentes, garantizando un flujo constante de inversiones y exportaciones.
Además, el enfoque en competitividad atraería a empresas globales interesadas en aprovechar las ventajas geográficas y económicas de Perú. Esto no solo mitigaría el impacto de los aranceles, sino que posicionaría al país como un centro logístico clave en la región.
Un llamado a la acción
La amenaza de aranceles sobre Chancay es un recordatorio urgente de la necesidad de reformas estructurales en Perú. Como bien señala Ludwig von Mises, el proteccionismo no es más que un intento fallido de esconder los problemas internos de una economía. Perú no puede permitirse ser víctima de estas políticas; debe tomar la iniciativa y convertirse en un ejemplo de libertad económica total y competitividad.
En conclusión, los aranceles propuestos por Trump representan un desafío significativo para las exportaciones peruanas y el desarrollo del puerto de Chancay. Sin embargo, también presentan una oportunidad única para que Perú adopte un modelo económico basado en las Cinco Reformas Liberales. Este enfoque no solo garantizaría la resiliencia ante amenazas externas, sino que también consolidaría al país como un líder en competitividad y libertad económica en América Latina. El tiempo para actuar es ahora.